En su mayoría, el patrimonio formalmente protegido de la ciudad de Antofagasta está ligado a la primera etapa de desarrollo económico y del proceso de fundación de la ciudad (comprendido desde el acto fundacional boliviano al desembarco de las tropas chilenas e inicio de la Guerra del Pacífico).

Desarrollo del casco histórico actual que rodea la Plaza Colón.
La Zona Típica o Pintoresca denominada Barrio Histórico, se encuentra bajo protección oficial bajo la Ley N°17.288 de Monumentos Nacionales desde 1985 y comprende parte de los edificios de la primera etapa formativa: la poza histórica y el Muelle Melbourne & Clark, el patio ferroviario Antofagasta FCAB y la manzana donde está ubicado el actual Museo Regional de Antofagasta, Monumento Histórico que fuera en su tiempo la Aduana y, al frente, el conjunto conformado por la Gobernación y Reguardo Marítimo, extendiéndose hasta lo que fueran los Almacenes de la Casa Gibbs. Toda esta zona está asociada al periodo de fundación y primer impulso de crecimiento de la ciudad, al proceso industrial de puerto y los trenes que conectaron nuestro desierto a otros territorios y trajeron un auge asociado a la explotación de yacimientos mineros. La mayoría de los Monumentos Históricos con que cuenta esta ciudad están relacionados a esta época o a la etapa de culminación del proceso de chilenización, cerca de 1919, marcada por la construcción del actual puerto y el desarrollo económico asociado a este hito.
Pero existe un periodo, relevante y prolífico en la ciudad que pocas veces es reconocido popularmente, en el que se construyeron grandes obras públicas con materiales normados y sistemas constructivos nuevos, donde se fortaleció la construcción fiscal de Escuelas y Liceos, y se manifestó la transformación de políticas públicas de vivienda y salubridad a través de un estilo arquitectónico de formas puras y limpias, de carácter monumental, que contrastó con la tradición de estilos historicistas europeos que formaron los primeros años de la ciudad. Este estilo se ajustó a las necesidades climáticas y geográficas de nuestro territorio. Esta etapa forjó la imagen de una Antofagasta en pleno crecimiento y progreso social.
La arquitectura moderna en Antofagasta fue la relatora de este desarrollo social y político, y puede admirarse hasta hoy en día en edificios como los Colectivos del Seguro Obrero (Conjunto Habitacional Aníbal Pinto) que entregaron una nueva imagen a las viviendas de trabajadores; la Intendencia, el Teatro Municipal, el Edificio Centenario, que transformaron el entorno de la Plaza Colón y el centro cívico de la ciudad; el Casino del Balneario Municipal, que hasta el día de hoy es uno de los espacios de ocio más concurridos y reconocidos; y en el Sector Gran Vía los Edificios Caliche, Huanchaca (“Curvo”), Torre Pérez Zújovic y los diferentes conjuntos y bloques de viviendas mandatados por la Caja de Empleados Particulares, que fueron diseñados entendiendo su entorno como parte de ellos y construyendo un nuevo concepto de barrio.
En este Día del Patrimonio Cultural, los invitamos a reconocer algunas obras de arquitectura moderna, en este blog, donde podrán encontrar imágenes, publicaciones y registro de los edificios que le entregaron en su tiempo una identidad nueva a la ciudad que responde a los procesos sociales de la época, y que se mantiene vigente como recuerdo de un período de transformaciones que guiaron el desarrollo de la arquitectura contemporánea.