Obra del arquitecto Mario Recordón Burnier (1922-1994), que además fue un gran deportista chileno, premio nacional de arquitectura de 1987, autor también del Estadio de Concepción.
En 1955 se perfila a la ciudad de Antofagasta como sede de la Copa Mundial de la FIFA a realizarse en Chile en 1962.
En ese contexto, los profesionales Miguel Bascuñán Pavez y Alberto Calvo Nieto forman en 1958 el «Comité Pro-Construcción» en 1958, concretándose al año siguiente la expropiación de los terrenos municipales del Club Hípico de Antofagasta (Club de Equitación) para la construcción del conjunto deportivo.
Para la época, la obra diseñada por Mario Recordón en hormigón armado se proyecta para un aforo de 35.000 asistentes, siendo el segundo en capacidad a nivel nacional.
El terremoto de Valdivia en 1960 sumergió al país en severos problemas financieros por lo que la construcción se pospuso y el comité responsable se disolvió. Sin embargo, el 9 de julio de 1962, Razmilic and Company reanudo las obras gracias a la alianza público-privada gestionada por Calvo y Bascuñan.
La obra fue inaugurada el 8 de octubre de 1964, ante el presidente Jorge Alessandri, el alcalde Juan Floreal Recabarren y su predecesor Santiago Gajardo y una audiencia de 32.000 personas, quienes presenciaron un desfile de comparsas de agrupaciones sociales locales y como partido inicial el encuentro del Unión Bellavista (equipo local) y el Club Deportivo Universidad Católica.
Al año siguiente, mediante una donación de la empresa Chile Exploration Company se materializó el proyecto de iluminación de la cancha.
Fotografías del Archivo de la Dirección de Arquitectura MOP
afda.cl
«Ayer, 8 de octubre de 2001, fue la fecha en que se cumplieron 37 años de la inauguración del Estadio Regional de Antofagasta. Pero, nadie la recordó, ni autoridades ni deportistas.
Por eso, digamos hoy que a la ceremonia realizada en 1964 asistió el Presidente Jorge Alessandri Rodríguez y el ministro de Obras Ernesto Pinto Lagarrigue, entre otras autoridades. Anfitrión fue el alcalde Juan Floreal Recabarren.La Municipalidad y el Comité Pro-construcción del recinto hicieron posible que la obra, que significó progreso, fuera realidad.
El Comité dijo entonces que «un campo deportivo produce juventud sana y capaz de desarrollar tareas ordinarias y extraordinarias que redundan en el progreso de su país».
Agregó que «los estadios son escuelas, porque allí se educa al joven en lo físico, en lo muscular y ello, una vez conseguido, reporta inmensos beneficios para la familia y la comunidad: hacer estadios es hacer patria».HISTORIA
Hay otra historia del Regional, aquella que no se materializó. El Comité Pro-Construcción se formó en 1960 con el claro propósito de tenerlo para mediados de 1962, porque en esa época se disputaría en Chile el Mundial de Fútbol y Antofagasta era una de las ciudades capacitadas para convertirse en subsede.
Desafortunadamente, problemas impidieron alcanzar la gran meta y a la Región no le quedó más remedio que escuchar el certamen por las ondas radiales o viajar a Arica para ver Chile 2-Rusia 1, que fue la subsede nortina.
Esa vez el Campeón fue Brasil, Checoslovaquia segundo y Chile tercero.
El consuelo vino 23 años después, en 1987, cuando Antofagasta fue subsede del Mundial Sub-20, con Yugoslavia como el mejor y Chile cuarto.»
«Estadio Regional, historia bella y sufrida» El Mercurio de Antofagasta, Año XCV – Nro. 33.919 – Martes 9 de Octubre de 2001


Fotografía del Catálogo de Fotografía Patrimonial del Museo Histórico Nacional
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